CICOMIS Centro de Investigación Antonio Gramsci, comunicación e intervención social
Alicia Entel
Ed. Aidos, 2017 , 160 p.
ISBN 978-987-42-4095-8
La creencia de que la toma fotográfica puede robar el alma constituyó una inquietud inicial del libro. Motivó recorridos a veces azarosos, a hurgar en la historia de la fotografía cuándo y por qué hubo funciones predominantes como el registro, la búsqueda de la verdad, o el control social.
Por otra parte, la proliferación de la fotografía en la segunda mitad del siglo XX cuando ya parecía que la imagen fija iba a ser sepultada, volvió a confirmar que la fotografía, como imagen fija en un mundo cambiante, devolvía la pregunta por la eternidad. Qué mejor que su presencia para conjurar lo efímero, la vorágine, la muerte. Y más aún, los miles de adminículos capaces hoy de registrar y guardar imágenes convocan a revisar nuevamente su sentido. El regusto de muchos jóvenes – y no tan jóvenes- por exponer toda la historia de su vida están indicando un plus de significación: mostrarse, ser, gustar a nivel planetario sin que importe el alma robada ocurre ¿tal vez porque ya fue ofrendada voluntariamente? ¿Por qué en tiempos de “inseguridad” planetaria, la exposición fotográfica de los rostros tiene tantos adherentes? ¿En qué consiste, por ejemplo, el éxito del “Libro de los Rostros” o Facebook?
Con estas inquietudes el libro recorre un camino un tanto sinuoso: desde el rechazo histórico de muchos pueblos a ser capturados por la imagen fotográfica, hasta su instalación como doble corporal, pintura, registro, propuesta de “ser” y producirse sólo en las imágenes.